domingo, 2 de agosto de 2009

Iglesia y Asistema

Iglesia y Asistema

En cierto momento de nuestras vidas aparece el cuestionamiento de quiénes somos, qué hacemos en este mundo, es decir, para qué estamos acá, cuál es el objetivo de nuestra existencia. Por otro lado, cuestionamos la base de nuestra crianza y los principios que nos han inculcado, los principios que tomamos como verdad absoluta los primeros años de vida. Estos cuestionamientos aparecen en unos en edad temprana y en otros puede demorar un poco; hay quienes no cuestionan estas premisas porque están cómodos con su realidad y hay quienes simplemente no desean cuestionarse por miedo a deshacer su sustento, su base de vida, ya que puede destruir la estructura de pensamiento que han llevado a cabo hasta el momento o porque simplemente no encuentran necesario el hacerlo. Sea uno u otro el motivo, lo considero necesario, ya que, desde ese momento se crea la individualidad del sujeto, empieza a ser, pensar y creer por sí mismo, propiedad innata del hombre, y no ser un perro mas de la jauría, un cerdo mas de la piara o una oveja mas del rebaño; viene a ser un elemento productivo para el sistema en el cual se desarrolla.

¿Y qué con el sistema? Tenemos la opción de seguir en el sistema o crear un pensamiento antisistema, ¿sólo eso? También existe la posibilidad de crear lo que llamaré un “asistema”, que va de la mano con el antisistema pero en pos de mejorar los diferentes sistemas que el mundo crea, o los mismos individuos, dependiendo de la perspectiva con que se analice. ¿Por qué ser del “asistema” y no del antisistema? El antisistema tiene la propiedad de ir en contra, obvio, y por ello, es más difícil el ser aceptado, en el caso de desear regresar al sistema inicial ya reparado.

¿Cuál es el propósito de un sistema eclesial? Depende de cada individuo. Pero el propósito supremo es el de seguir a un dios, creyendo en él por pura fe, y siguiendo sus enseñanzas en pro de la sociedad.
En el caso especial de los cristianos es el de creer en Dios, mostrarle a los que no le conocen su Palabra, fortalecer a los que ya pertenecen a la iglesia, el famoso discipulado, y actuar en pro de la sociedad, sea ayuda social, espiritual, el medio ambiente, entre otros.
¿Cómo puede fallar esto? ¿Puede entrar en crisis? Esto es posible, ocurre en toda iglesia. Esto se debe a la falibilidad humana.
La falla por supremacía, desde mi punto de vista, es la manipulación que puede existir por parte de autoridades del sistema; se da por motivos doctrinológicos, económicos, por beneficios para un crecimiento sin base en sustentos cristianos o por ignorancia; todo esto disfrazado de un amor irreal o real (en el caso de ignorancia), de espiritualidad, o de la iglesia vista desde una perspectiva empresarial, entre otras vestimentas.
Hay verdades que nunca se dicen por temor al qué dirán, al cómo quedaré frente a los demás, al qué consecuencias personales o intragrupales causarán; humildemente pienso que para una proyección futura exitosa es mejor siempre decir la verdad en el momento oportuno, no dejar que el leño se apague y el viento esparza las cenizas, ya que después empezará a crear dificultades al ver los daños que traen las cenizas a distintas partes del sistema que se intenta mantener; luego recuperar cada ceniza, si no difícil, es imposible, salvo por el poder de Dios.
La iglesia como sistema empresarial, en el cual todos manejan un mismo objetivo y el personal es fácilmente reemplazable es uno de los motivos que causa destrucción del sistema inicial y crean corrientes antisistemas que perjudican tanto a la congregación como a cada persona como individuo. ¿Qué es primero, un individuo que puede encontrarse convaleciente, sea de la misma comunidad u otra o cualquier individuo que pueda tener contacto con la comunidad sea o no cristiano, o beneficios de lucro, estructurales de la iglesia? Es un criterio básico de supervivencia que fácilmente lo podría haber manejado los hombres de la Edad de Piedra… primero es el ser y luego su cobija; sin el ser, ¿qué congregación sobrevivirá? El ser como existencia y según Parménides, es todo lo opuesto a la nada. Cómo tener un sistema si lo único que se crea es un modelo abusivo y manipulador, consecuencia pronta de modelos antisistema.
Primero es el individuo y su espiritualidad armada con fe y esfuerzo, luego las necesidades primarias que van conjuntas con lo antes dicho, sea alimento y salud.

Es fácil seguir por fe a un dios cuando las reglas de vida se las pone uno mismo, es decir a beneficio propio. Esto se da por falta una fe real y de empatía. Qué sale de esta premisa, simplemente que no existe una real convicción de porqué vivir, o el poder ha maltratado y ha distorsionado el modo de ver el mundo. Automáticamente, si es el caso de una autoridad eclesial (principalmente), nace la manipulación del rebaño de la cual ya he comentado.

Y qué decir de la sumisión… ¿es obediencia? ¿docilidad? ¿sometimiento? ¿temor?
Sumisión en el modelo eclesial en muchos casos aparece por temor a ser separado o tachado del sistema, lo que conllevaría a sentir nuevamente el vacío espiritual… erróneamente llenado por simplemente ser parte de una iglesia. El único que llena este vacío es Dios mismo, con el añadido de que estando dos o tres reunidos adorando, orando, y creyendo con fe.
Sumisión a Dios… de acuerdo, sumisión al pastor que ha puesto Dios… de acuerdo, pero si el pastor está en falta y no se da cuenta o no se quiere dar cuenta, tendrá que salir la verdad de un modo silencioso; si no escucha, de un modo mas directivo, y luego de manera alarmante voceada por el antisistema.

De aquí se podrían complementar y añadir varios problemas y disfunciones que puede traer un sistema eclesial, se podría sumar al famoso libro “Los pastores que abusan” diez tomos más, o también cambiar de perspectiva y crear “Los feligreses que abusan”, “Los tutores que abusan”, “La iglesia disfuncional de nuestros días”, “El Templo y los feligreses”, “Las tres verdades de la iglesia: el poder, la manipulación y la sumisión”; sin embargo, prefiero terminar con el pensamiento “asistema”: no ser parte del sistema ni del antisistema, sino acompañar a ambos para un mejoramiento gradual de ambos sistemas. Es decir, por algo fui parte del sistema, por algo comparto las convicciones del antisistema… creo en lo mismo que el sistema y el antisistema posee premisas que lo harían mejorar.

Para concluir, comparto unos pensamientos de célebres personajes y unos comentarios.
Primero el de un médico y escritor español, Gregorio Marañón, “Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir y no dormir sin soñar. Descansar en empezar a morir”
Es infaltable también lo que dice Albert Einstein: “La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa”.
Tenemos la facultad y habilidad de cambiar las cosas, es posible que no totalmente, pero es posible que al punto de una realidad apreciable y venturosa para muchos.

El escritor inglés, Samuel Johnson, escribió: “Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción”. Al cual le añadiría el pensamiento de Martin Luther King: “Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol”.
No hay que perder la esperanza de que podamos hacer un cambio, corregir ciertos errores que otros o uno mismo haya hecho…

Y por último, siempre la verdad tiene que salir de nuestros corazones, con el debido tino y en el momento adecuado. Esto nos hará libres, sin remordimientos, sin rencores, sin ataduras, y porqué no, sin problemas psicológicos posteriores. “Si no tienes la libertad interior, ¿qué otra libertad esperas poder tener? (Arturo Graf, escritor y poeta italiano).

Escrito el 28 de Julio del 2009

Noche y día

La noche cae en la ciudad
las luces nos cegan
las almas se pierden
unas por un instante
otras quedan en el olvido;
los espítirus salen a relucir
cada uno tiene un plan
sea desvariar, irrumpir,
desvelar, o simplemente andar.

Llega el día,
la luz nos invade
limpia nuestros ojos
y nuestras almas
da vida a nuestras esperanzas
de que algún día
las noches llegarán a su fin
y los días sean eternos,
vida sin espíritus traicioneros,
estos espíritus que toman
posesión de nuestros cuerpos,
estos espíritus que,
somos nosotros mismos
en corriente de perdición
simplemente manipulables,
como un niño por su madre,
tan fácil como la muerte se lleva las almas.

Crack Black (15/08/2004)